Hay una festividad en México entre todas sus fiestas y tradiciones populares que no podemos olvidar en este momento, es el Día de los Muertos. Es muy conocida internacionalmente y se celebra durante los dos primeros días de noviembre. El primer día es para los niños y el segundo para los adultos, durante el cual los mexicanos disfrutan de reuniones familiares y rituales desde hace más de 3.500 años.
Sus orígenes se remontan a los aztecas, donde se celebraba a los muertos con cantos y danzas sobre sus tumbas. Dejaban ofrendas a los difuntos para que los mantuvieran en su nuevo mundo. Hoy, el festival ha continuado e incluso se ha convertido en uno de los más importantes del año.
Al contrario de lo que podríamos pensar, no es un día triste para los habitantes, ya que rinden homenaje a sus muertos de forma muy festiva. Por lo tanto, estos dos días se colocan bajo el signo de la alegría y el buen humor para permitir que los muertos tomen un camino tranquilo.
Entre las ofrendas que se hacen en los altares, los dulces en forma de calavera, el pan de muerto, las velas iluminadas o las fiestas en los cementerios, ¡Las almas de los difuntos vuelven a la tierra por un momento! Pero los festejos no se limitan a esto, ya que las familias comen, bailan, cantan y rezan sobre las tumbas, pero también las decoran con flores de "cempasuchil" y velas. Por último, no pueden faltar los famosos disfraces del Día de Muertos, ya que son parte integral de las festividades. En muchas ciudades del país se celebran desfiles, concursos para el disfraz más bonito y talleres de maquillaje de catrina.
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